El nuevo edificio de Educación Secundaria y Bachillerato se plantea con una disposición en forma de “L” que logra varios objetivos planteados. Por un lado, se apoya contra el terreno paralelo a la pista deportiva cubierta existente, resolviendo la diferencia de cota mediante la edificación y, por el otro, genera un gran patio de recreo a las misma cota y protegido de los vientos dominantes del noroeste.
En el volumen apoyado contra el terreno se reduce la crujía en las dos primeras plantas para formar un porche de acceso que se extiende hasta el acceso. Porche que recibe y acompaña a las personas de manera protegida hasta el vestíbulo de entrada del edificio.
Un total de cuatro plantas que se adaptan a la topografía y a la pista polideportiva cubierta existente conformando una edificación compacta y unitaria.
El gimnasio junto con los vestuarios se ubica en el extremo sur. Se persigue aligerar la volumetría del conjunto evitando una mayor altura junto al edificio de viviendas colindante. El gimnasio y vestuarios disponen conexión directa al patio de juegos exterior con una entrada independiente que permite su uso individualizado del resto del edificio para actividades extraescolares o deportivas.
Las fachadas responden a sus orientaciones. Los espacios expuestos al sur se protegen con lamas de aluminio horizontales, que hacia el este y oeste se colocan delante de los huecos de las aulas para protegerlos de la luz solar horizontal matutina y tardía. Estas lamas protegen y tensionan la fachada logrando un perseguido efecto de ligereza.
Se escoge el color rojo, vital y dinámico, para caracterizar y contrastar el edificio con su entorno.